sábado, 20 de octubre de 2007

No hay quien pare a la Penya

Otro derbi, esta vez el catalán. No hubo color, el DKV sigue demostrando que es el equipo más en forma de nuestra ACB y "paneó" al AXA Barcelona por 94 a 73.


Los continuos balones perdidos y fallos defensivos de los culés auparon a la Penya hasta los nueve puntos de ventaja en el minuto 5. Entonces Ivanovic decidió que la cosa no podía seguir así. Trias y Morandis se encargaron de reducir la diferencia hasta los 4 puntos en el minuto 13 (23-19). Pero entonces apareció Él. Rudy Fernández, que se bastó y sobró para dejar para el arrastre a los culés anotando 18 puntos en 6 minutos, 3 de ellos triples (min. 20, 50-28). Nada pudo hacer el Barça para parar al mejor jugador de la ACB. Y así se llegó al descanso.


Los de Ivanovic no supieron reaccionar y el Joventut acrecentó su ventaja hasta los 27 puntos. Entonces, al final del tercer cuarto, Rudy se lesionó (min.26, 58-31). Pero los verdinegros resistieron.


En el minuto 34 Morandis y Basile redujeron la diferencia a 15 puntos. Y cuando todavía había timepo para remontar, Ivanovic tiró de Trias. Pero no hubo suerte. Ricky Rubio (estrella en potencia) y Jagla se encargaron de ello.


Así la Penya se mantiene como líder indiscutible de la Liga regular.
P.D.: Rudy es duda para viajar a Menorca por molestias en el adductor.

viernes, 19 de octubre de 2007

Derbi con sabor a merengue

El primer derbi madrileño de la temporada ACB entre MTT Estudiantes y Real Madrid se resolvió con la victoria de los blancos por 77 a 88.




Que el resultado no nos engañe: el Madrid, como el propio Plaza reconoció, no hizo un gran partido, pero supo sacar tajada de los continuos fallos de los colegiales para hacer su juego y mantenerse todo el choque por delante en el marcador.




El primer cuarto del Madrid fue explosivo: 32 puntos frente a los 17 de los colegiales. Al final de primer tiempo la diferencia se redujo a 12 puntos, un abismo insalvable para los de Mariano de Pablos.



Al principio del tercer cuarto el esloveno Lorvek dio vidilla al partido poniendo a Estudiantes a 8 puntos del Madrid. Y encima Bullock (18 puntos) se quedó fuera por un golpe en la mano. El Palacio de los Deportes entonces rugió, intentado acongojar a los visitantes, distraerles, desconcentrarles. Pero no funcionó. El último cuarto demostró que todo fue un mero espejismo. Un sueño destrozado a base de aciertos desde la línea de 6,25.




Como dijo Mariano de Pablos, el Madrid ya tiene una identidad y el Estu todavía la está buscando.






A destacar la actuación de Sergio Llull, al que plaza dio la batuta de la orquesta blanca en el último cuarto. Con medio equipo ausente y el otro medio o lesionado (Bullock, Hamilton, Felipe Reyes) o con cuatro faltas, fue al joven catalán al que le tocó tirar del carro. Y lo hizo. Luego el mando volvió a Raúl López (sobresaliente en los últimos minutos) . Pero Llull puede estar contento.






Y Papadopoulus sigue sin convencerme.