viernes, 27 de noviembre de 2009

Pereza vuela en Madrid

Intérprete: Pereza
Gira: Puro Teatro Tour
Lugar: Teatro Circo Price (Madrid)
Género: Rock español
Duración: 130 minutos
Fecha: 26 de noviembre de 2009
Precio: 30 euros
Teloneros: 84

Leiva y Rubén, o lo que es lo mismo, PEREZA, dejaron claro por qué son los “maestros del rock´and´roll” español (en palabras del líder de 84, sus teloneros en la gira) en un Teatro Circo Price lleno hasta los topes. El aire intimista del teatro combinaba perfectamente con su último disco, “Aviones”, y permitió al dúo madrileño sentirse más cerca de su público a la vez que desplegaban todo su potencial en directo.

Algunos menosprecian a Pereza considerándoles y grupo para adolescentes. Si se acercaran a algunos de sus conciertos, por no decir que escucharan detenidamente sus creaciones, se morderían la lengua. Ya en “Aproximaciones” se veían atisbos de madurez musical, madurez que en “Aviones” es tangible y que ha llegado a sus directos. En el teatro el público superaba la veintena y los minis de cerveza, a pesar de su elevado precio, corrían a mansalva. Los madrileños 84 fueron los encargados de ir abriendo boca. Temas como “El burdel de las sirenas” sonaban mientras los más rezagados iban llegando y completando el aforo del Price antes de que hiciera su entrada el plato fuerte de la noche.
Empieza el espectáculo
Con puntualidad inglesa, a las 22.00, comenzaron a sonar los primeros acordes de “Leones” y el público recibió a los Pereza entre gritos y aplausos. Ataviados con el típico estilo rockero que les caracteriza, Leiva con chaleco negro y Rubén con americana del mismo color y ambos con pantalones de pitillo, siguieron con un recordatorio de sus éxitos anteriores, como “Como lo tienes tú”, “Animales”, “Yo nací para estar en un conjunto” o la exitosa “Estrella polar”.

A continuación llegó el turno de las nuevas propuestas. Rubén tomó las riendas e hizo gala de sus aires de chulo madrileño con el tema “Voy a comerte”, para después deleitar a los allí presentes con, en sus propias palabras, “la parte hindú del show”. Así, se puso frente al micrófono para cantar “4 y 26” mientras Leiva le acompañaba con el suave sonido del banjo. Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó con “Amelie”, canción inspirada en la película del mismo nombre. Hasta entonces los Pereza no habían hecho apenas interrupciones entre canción y canción, pero Leiva rompió la rutina: “A veces las imágenes exteriorizan mejor los sentimientos que las palabras. Vi en las noticias cómo se quemaba un edificio en un momento en que estaba muy jodido por dentro”. Eso le inspiró para escribir el siguiente tema: "Windsor". La encargada de cerrar este bloque de nuevas canciones fue “Pirata”, una de las más flojas del disco, pero que, según Rubén, cuadra perfectamente con el espíritu del rockero.

Homenaje a McCartney
El dúo suele hacer mención a sus inspiraciones musicales tanto en sus letras como en las entrevistas. Ayer fue el turno de homenajear a uno de los más grandes de la historia de la música: Paul McCartney. “Siempre nos acordamos de Lennon o de Harrison”, alegó, “pero este hombre canta como los ángeles, toca como los ángeles y sigue componiendo como los ángeles”. Y sentenció: “Todos los que no seamos Paul McCartney somos una mierda de gente”. Entonces los madrileños cantaron algunos versos de “Work it out”, tema del homenajeado, y los enlazaron, como no podía ser de otra manera, con su “Beatles”.

Más canciones de “Aviones”, la romántica “Llévame al baile” y el primer single “Violento amor”, precedieron al momento “casero” del show: “Madrid” y “Lady Madrid” fueron coreadas por los fans de la capital a voz en grito. En el siguiente tramo el protagonista fue el CD “Aproximaciones” (“Por mi tripa” o “Todo”) y “Grupis” cerró el show. La banda se retiró del escenario y los más despistados comenzaron a levantarse de sus butacas. Pero las luces seguían apagadas y, después de que el público pidiera en repetidas ocasiones “¡otra, otra!”, Pereza volvió a salir al escenario. “La chica de Tirso” o el antiguo número 1 “Pienso en aquella tarde” fueron las elegidas para este primer tiempo extra.

Teatrillo musical
Tras el segundo amago de abandonar el escenario, el dúo madrileño sorprendió a los presentes con un pequeño teatrillo: la simulación de un atraco a mano armada y Leiva y Rubén vestidos con gafas de sol, gorros de vaquero y bandanas a la cabeza abrieron la última parte del show, y la más gamberra: “Señor kiosquero”, versión del tema del grupo argentino Intoxicados, y “Superjunkies” (pedida incansablemente por los fans durante toda la noche) marcaron el punto y final. “Esperamos que la entrada que hayáis pagado haya sido impagable”, dijo Leiva. Amén.

martes, 24 de noviembre de 2009

Reportaje Tailandia: noviembre 2008

LOS TAILANDESES ACUSAN LA DISMINUCIÓN DEL TURISMO

NI BICHOS FRITOS NI PLAYAS PARADISÍACAS PUEDEN CON LA CRISIS

LOS CONFLICTOS INTERNOS SE ÚNEN A LA DEBACLE ECONÓMICA INTERNACIONAL

Entre una infinita maraña de coches, motos, humos y arriesgados viandantes, el tuk tuk, una motillo de tres ruedas techada y con un compartimento trasero para viajeros, se va abriendo paso a toda velocidad por una concurrida calle de la siempre ruidosa Bangkok, capital de Tailandia. Al final de la ancha avenida se divisan los blancos muros exteriores del inmenso y místico Palacio Real, en cuyos alrededores los tailandeses contrarios al Gobierno de Samak Sundarajev, primero, y Somchai Wongsawat, después, han protagonizado sus pacíficas (unas más que otras) manifestaciones.

Tailandia es una monarquía constitucional donde la Dinastía Chakri, encarnada por el rey Bhumibol Adulyadej, es venerada como si de una divinidad se tratara. No así el Gobierno, que desde el pasado julio está siendo presionado por la población para que renuncie a sus funciones. Primero fue Thaksin Shinawatra, Primer Ministro entre 2001 y 2006, el que perdió su puesto como cabeza visible del país tras ser acusado de corrupción y falta de respeto a la “sacra” monarquía. Ahora la historia se repite. Samak Sundarajev tuvo que abandonar el Ejecutivo el pasado mes de septiembre por la presión de los manifestantes. El estado de excepción fue declarado en Bangkok y las manifestaciones dejaron en algunos momentos de ser pacíficas para cobrarse vidas humanas. Somchai Wongsawat, cuñado de Thaksin, es ahora el Primer Ministro de Tailandia. Pero la oposición, activa principalmente (y casi de forma exclusiva) en la capital, no se conforma. Lo que comenzó hace 4 meses sigue vigente. Piden elecciones y que la verdadera democracia sea restablecida. Y para ello la manipuladora mano de Thaksin debe desaparecer.

Pero, realmente, ¿qué es Bangkok? La concurrida capital tailandesa es un lugar donde todos los sentidos se agudizan y, para bien o para mal, se ven superados. Los petardeos de los millares de motos que esquivan a coches y peatones por las amplísimas avenidas se clavan como agujas en los oídos. El olfato no deja de intoxicarse con los humos y demás gases contaminantes que cubren una ciudad con más de 15 millones de habitantes incluyendo su área metropolitana. Pero esto no es impedimento para los más de 10 millones de turistas que Bangkok acoge al año y que la convierten en el segundo destino preferido por los viajantes. ¿Qué tiene la caótica Bangkok para que esos 10.350.000 visitantes, según el ranking Euromonitor International de 2008, se queden prendados de ella?

Bangkok sabe a batido de frutas, a sandía, a piña, a fruta del dragón, a plátano, a guayaba. Y, como Tailandia en su totalidad, Bangkok sabe a pad thai, los mundialmente conocidos (y torpemente imitados) espaguetis de arroz. Pero, sobre todo, es el sentido de la vista el que se desborda en esta ciudad. Porque Bangkok es contraste, dualidad. Lujo y miseria. Caos y orden. De los más espléndidos centros comerciales, decorados con grandes anuncios publicitarios de Dior, Galliano o Marc Jacobs para la crème de la crème, hasta niños tirados en la calle, descalzos y sin nada que comer a apenas 3 manzanas de distancia. Esa doble cara también se aprecia al pasar del desesperante bullicio de las calles, con los infinitos atascos y las aglomeraciones humanas de los mercadillos, a la tranquilidad de los templos. Prácticamente en cada calle se puede encontrar uno de estos refugios en los que el traspasar el umbral significa trasportarse a un universo aparte, lejos del tiempo y el espacio comunes, donde la serenidad y la paz interior son el pan de cada día. Monjes budistas ataviados con largas túnicas naranjas se pasean descalzos por delante de los incontables colores de la fachada del templo y oran y ofrecen flores y alimentos a la estatua que recrea la figura de Sidharta Gautama: Buda.

La influencia de la prensa
¿Y qué hay de los problemas político-sociales que, según Occidente, asolan la capital? Las escasas noticias que llegan sobre Tailandia son, cuando menos, alarmistas. Por ejemplo, el diario El Mundo titulaba el día 7 de octubre de 2008: “Sangrientos disturbios en Tailandia con dos muertos y más de 380 heridos”. El periódico francés Le Monde seguía la misma línea: “Frente al caos político, el Ejército se despliega en Bangkok”. Y el Washington Post norteamericano tampoco se quedó atrás: “Las Naciones Unidas advierten oficialmente sobre la lucha social en Asia” o “Una explosión en Bangkok mata a 1 persona y hiere a 23” y añade en el interior del artículo: “Sin la colaboración de la policía, ellos (por los manifestantes) no tendrían acceso a tales armas (como la granada causante de la explosión)”. Toda la información que se recoge en los países occidentales se refiere a la violencia en Bangkok. Con estos referentes no es de extrañar que los familiares de los turistas que viajan allí estén asustados: “Mi suegra intentó convencernos a mi marido, a mi hija y a mí por activa y por pasiva de que no fuéramos. Que si Tailandia estaba muy lejos, que si había oído en las noticias que hay muchos problemas y muertos… Teníamos que llamarla todos los jueves. Si, por lo que fuera, se nos pasaba, ya se imaginaba lo peor”, manifestó María Luisa, una madrileña de 49 años.

Ninguno de los diarios mencionados ha hecho la más mínima referencia a las marchas ni manifestaciones pacíficas que se han sucedido en la capital tailandesa durante los meses de octubre y noviembre. En dichas concentraciones, la población se reúne lugares como campos deportivos y, acompañados por sus hijos pequeños, asisten a conciertos y otros actos para protestar pacíficamente contra el Gobierno, sin que ningún incidente quede reflejado. Y lo mismo ocurre en la propia Bangkok. Al pasear por la ciudad las alarmas no parecen tan justificadas. Ni luchas, ni peleas con armas, ni policía en estado de alerta (de hecho, apenas hay agentes, más preocupados por los turistas que por los autóctonos) y mucho menos soldados del Ejército tomando la capital. “Los tailandeses son gente pacífica por naturaleza, las reacciones en Europa son exageradas”, comentó Pierre Martin, un turista francés que visita Bangkok por segunda vez en dos años. Como Pierre, los que eligen Bangkok como destino para pasar sus vacaciones no tienen miedo. Es el caso de Sarah Gould, una joven inglesa que visita el Palacio Real, foco de las manifestaciones, acompañada por su madre y su hermano: “Antes de venir estuvimos siguiendo las noticias, pero lo que en ellas se decía no nos impidió venir. No he tenido ni tengo ningún miedo”. Los turistas españoles opinan lo mismo a pesar de las advertencias promovidas desde la Embajada de Tailandia en España, que no pone obstáculos a la hora de elegir este país como destino, pero que sí aconseja “evitar los lugares conflictivos”. Ángela, española que viaja con su marido, lo tiene claro: “Hemos venido sin pensárnoslo dos veces porque una manifestación no es un problema importante”, confesó, “en España tenemos problemas más importantes”.

Pero Tailandia es mucho más que las visitas obligadas al Palacio Real y al templo de Wat Pho, donde reside el famoso Buda Tumbado de 46 metros de largo y recubierto por finas láminas de oro. Fuera de la metrópoli, Tailandia es una frondosa selva con elefantes que pasean a los asombrados turistas por las empinadas y empantanadas laderas de las montañas. Tailandia es una inmensa playa paradisíaca con arena blanca y aguas cristalinas donde los forasteros hacen esnórquel (buceo por la superficie del agua con gafas, tubo y aletas) mientras nadan entre miles de peces de colores. Tailandia es el país de los mercadillos, de los supermercados Seven Eleven, de los masajes, de los mosquitos, de los puestos de bichos fritos y del boxeo thai. Sin embargo, incluso más que falsificaciones de marcas de prestigio, lo que más se puede encontrar por Tailandia son extranjeros. Ingleses, chinos, australianos, suecos, estadounidenses, venezolanos, franceses, alemanes, españoles. Tailandia es un hervidero de turistas armados con cámaras fotográficas de última generación, que no dudan en disparar sus flashes a la más mínima oportunidad.

El norte: Chiang Mai
Chiang Mai, región situada al norte del país, es la zona menos occidentalizada y, por tanto, menos invadida de turistas. El verde es el color predominante. Los árboles, la selva, rodean la zona urbana purificándola y consiguiendo que la contaminación no sea tan asfixiante. Zoos de serpientes, granjas de monos, jardines de mariposas y ranchos de elefantes son paradas obligatorias para todos aquellos que contraten un taxi. Pero estos meses, a pesar de ser temporada alta y de de oír hablar más inglés que thai, parece que el número de turistas es inferior a años anteriores. San Ti, un tailandés propietario de una joyería en Chiang Mai, no duda al hablar de las causas de tal descenso: “Vienen menos turistas a Tailandia debido a la crisis económica provocada por los americanos. Además, también tiene que ver todo lo que sale por la televisión sobre los problemas de Bangkok. Los que no son tailandeses sólo tienen esa fuente y se la creen, aunque no sea la realidad. Sólo los tailandeses sabemos la verdad”. Y explica: “En Bangkok sólo hay líos en sitios puntuales, no en toda la ciudad. Ni siquiera hay confrontación, mucha de esa gente sólo hace lo que les dicen. Si les dicen `ve allí y levanta el puño´ ellos van y lo hacen. En Chiang Mai está todo tranquilo”. Por su parte, Chai, taxista y conductor de un tuk tuk, no opina lo mismo. Para él, el turismo no ha descendido en absoluto, incluso que ha aumentado: “Vienen más que a Bangkok porque hay más que ver y el clima es mejor. Los turistas no tienen miedo a venir”. La visión de Chai es la minoritaria. La mayoría de los propietarios de negocios aseguran que hay menos turismo por la crisis económica: “Ahora la calle es más silenciosa”, asegura Voranalin Nagavajara desde su farmacia en pleno centro de la ciudad.

El sur: Phuket y Phi Phi island
En la otra punta del país, al sur, la zona de las playas, las islas y el turismo sexual, hay más turistas que locales. Es como el Benidorm tailandés: pubs, playas y niñas esperando la más mínima oportunidad para cogerse del brazo de un vanidoso extranjero y aprovecharse de sus frescos dólares. En la playa de Patong (Phuket) los comerciantes venden sus productos 10 veces más caros que en Bangkok o Chiang Mai e infinitamente por encima del precio de coste. Cada cinco minutos alguien ofreciendo bebidas, pomelos, camisetas, tatuajes o incluso estatuas de dragones asolan a los turistas que se doran al sol en sus tumbonas. Como en Chiang Mai, ni rastro de conflictos políticos.

A 2 horas en barco de Phuket se encuentra la paradisiaca isla de Phi Phi, de aguas azul turquesa, sin una sola carretera y que hace 4 años se convirtió en un auténtico infierno al ser barrida por el Tsunami. Es prácticamente imposible conseguir habitación sin reserva en alguno de los 4 hoteles de la isla, pero aún así parece que también hay menos turistas. Soda Samee, propietario de un restaurante y de un chiringuito a pie de playa, sufre la sequía de visitantes: “Este año hay menos turistas que el año pasado, todo está muy tranquilo y eso que estamos en temporada alta. Me vuelvo loco tratando de pensar cómo mantener mi negocio”. Quizá sea la crisis económica, quizá sea la política, pero lo que está claro es que en Phi Phi nadie hace mención a las manifestaciones ni a Thaksin. De hecho, lo que más preocupa es conseguir un buen precio para poder hacer un recorrido en lancha motora alrededor de la isla y ver la Monkey Beach (Playa de los Monos) y el parque natural de Maya. Es decir, lo mismo que ocurre en cualquiera de los otros puntos turísticos de Tailandia. Una vez que los turistas llegan al país se despreocupan. ¿Para qué perder el tiempo pensando en intrigas políticas cuando hay tantas maravillas que ver? La decisión está tomada. Lo que ha ocurrido es que, por la causa que sea, menos turistas que años anteriores se han atrevido a tomarla.

El tuk tuk se aleja del Palacio Real. Las doradas “stupas” (túmulos budistas construidos para albergar las reliquias del Buda o sus discípulos o para señalar un lugar importante) se divisan en la distancia, rasgando el cielo, como despidiéndose del visitante. Ese turista rememora todo lo que ha visto: las imágenes del Buda de esmeralda, de los demonios y dragones de piedra que repelen a los espíritus malignos y el sonido de los cantos de los fieles. Pero esas imágenes inevitablemente se mezclan con los asuntos mundanos del s.XXI. La factura del hotel, la reserva de los billetes de avión, la llamada de rigor a la familia, el resultado del último partido del Real Madrid, las elecciones norteamericanas, la crisis económica o hasta los líos políticos entre los tailandeses caen de golpe sobre los hombros del viajero, devolviéndole al frío (y ruidoso) mundo real.

sábado, 21 de noviembre de 2009

La cruda realidad, la típica comedia.


Título: La cruda realidad u otra más de guerra de sexos.
Director: Robert Luketic
Intérpretes: Gerard Butler, Katherine Heigl.
Nacionalidad: Estadounidense
Año de producción: 2009
Género: Comedia romántica
Guión: Nicole Eastman, Karen McCullah Lutz, Kirsten Smith.
Duración: 97 minutos



SINOPSIS:
Esta previsible comedia romántica es una de tantas películas de Hollywood que tiene por tema capital la guerra de sexos. Abby Ritcher (Katherine Heigl) es la productora de un programa de televisión que tiene dificultades para mantenerse en antena debido a su baja audiencia. Además, es una negada en temas de amor. La solución a todos sus problemas llegará de la mano del ordinario Mike Chadway, presentador “La cruda realidad”, programa en el que se despelleja la verdad de las relaciones entre hombres y mujeres de una manera más que explícita. Chadway, desagradable y soez conocedor de todas las vertientes del mundo del romance, confirmará todas sus teorías con Abby, aunque acabará viéndose desbordado por lo inesperado de las circunstancias.

CRÍTICA:
La cruda realidad es el típico film para pasar el rato y echarse unas risas a base de los típicos chistes y estereotipos que el público ya ha escuchado más de una vez, pero que le siguen haciendo gracia. No es una película que pasará a la historia por su originalidad, ya que la trama es muy previsible: si el espectador que ve la película piensa “seguro que ahora pasa esto”, probablemente sea lo que ocurra a continuación. La cruda realidad trata de conectar con los espectadores a base de palabras malsonantes y chistes fáciles y, si bien la audiencia no saldrá del cine con la idea de incluir esta comedia romántica entre sus películas de cabecera, tampoco saldrá excesivamente desencantada ni arrepentida de haberse gastado los 6 euros y pico de la entrada en ella, ya que la película consigue su finalidad: hacer pasar un buen rato.

martes, 17 de noviembre de 2009

"El catastrofismo es típico tanto en el periodismo como en el periodismo ambiental"

El 60% de la población española pagaría impuestos para proteger el medio ambiente y el 73% intervendría para evitar la desaparición de las especies. Estas cifras demuestran que la naturaleza cada vez interesa más a la sociedad, por lo que la demanda de este tipo de información aumenta cada día. Luis Guijarro, periodista medioambiental y presidente de APIA (Asociación de Periodistas de Información Ambiental) acudió ayer a la Universidad Complutense y dio una charla sobre su especialidad a los alumnos de Periodismo.

A pesar de este creciente interés, la sociedad sigue prestando más atención al “Alcorconazo” (estrepitosa derrota del Real Madrid frente al Alcorcón en la Copa del Rey) que a la inquietante noticia de que el Ártico será navegable en el verano de 2020. Y es que, como dijo Guijarro, “prácticamente nunca en conversaciones con familiares, amigos o compañeros de trabajo se habla de ecología y medio ambiente”. Pero, exactamente, ¿a qué se dedica el periodismo medioambiental?, se preguntan los asistentes a la charla. “Es toda la información relacionada con la naturaleza”, responde Guijarro, “que no es poco”: cambio climático, contaminación de suelos y aguas, residuos o pérdida de la biodiversidad son algunos de sus temas.

Según un estudio de la Universidad Rey Juan Carlos, sólo 3 de cada 100 noticias que se emiten en las cadenas nacionales están relacionadas con el medio ambiente y la naturaleza. A pesar de ello, los medios de comunicación prestan cada vez más atención a estos temas, que han pasado de pertenecer al cajón de sastre que es Sociedad a tener una sección propia. En cuanto al periodista medioambiental, “mandan a cualquiera”, señaló Guijarro. Es necesaria una formación, pero pocas universidades dan a la sus alumnos la opción de escoger “Periodismo medioambiental” entre sus optativas. Por eso, los estudiantes interesados deben ampliar sus conocimientos a base de jornadas o seminarios. “Es importante romper el tópico de que el periodista no sabe nada”, recalcó el ponente.

El descrédito del periodista
El periodista que centra su carrera en la información sobre medio ambiente debe soportar un gran descrédito por parte de sus propios colegas: “Muchas veces hay que explicar quién es el periodista ambiental”, argumenta Guijarro, “y una vez explicado dicen que somos los ecologistas”. Incluso se ha llegado a calificar como una información de segunda división, “pero nosotros tenemos claro que no”, recalca este periodista especializado. Además de estas descalificaciones, el periodista medioambiental debe aguantar que se le acuse de catastrofista, a lo que Guijarro responde: “el periodismo siempre hace uso del catastrofismo. Realmente lo que quieren es que no les hablemos de problemas para no asustar a la gente”, comienza, “pero ya me diréis cómo vamos a hablar entonces, por ejemplo, de los incendios: no vamos a decir que son luces de Navidad en el bosque”.

En cuanto a los medios de comunicación, “la prensa autonómica es la que mejor acogida da a este tipo de información”, contesta el periodista a una de las preguntas de los asistentes. “La especialidad nuestra necesita de mucho tiempo”, continúa Guijarro, “y los periódicos normalmente buscan la información para el momento, sobre todo los periódicos muy vinculados a la política”. Con “mucho tiempo” Guijarro se refiere a que, por ejemplo, la reunión de Copenhague celebrada hace escasas semanas no tendrá efectos hasta 2020. “Se precisa una labor de explicación y divulgación además de información”, siguió contando el periodista, “pero los medios consideran la información como un negocio, y la información ambiental muchas veces no tiene beneficios económicos”. Pero para el profesional, concluyó, “cuando la hace ya no la deja nunca: tiene un enganche muy fuerte”.

El panorama actual demuestra que el periodismo ambiental todavía va por detrás que las otras secciones informativas, además de que las revistas dedicadas a la naturaleza en exclusiva han ido desapareciendo paulatinamente debido a la falta de publicidad. Aún así, Luis Guijarro termina su exposición con el pleno convencimiento de que “nuestros mejores años están por llegar, tanto del periodismo ambiental como del periodismo”.

sábado, 14 de noviembre de 2009

La elegancia del erizo o el amor por las pequeñas cosas

Título: La elegancia del erizo
Autor: Muriel Barbery
Editorial: Seix Barral Biblioteca Formentor
Fecha de edición: 2007
Número de páginas: 368
Precio: 19,50 euros
Género: Novela


La elegancia del erizo o cómo el amor por la cultura puede dar sentido a la existencia. Es una novela un tanto filosófica que hace una crítica de la sociedad de nuestros días, demasiado absorta en sí misma como para poder apreciar en el mundo que la rodea algo más que lo superficial y lo que espera observar.

El número 7 de la calle Grenelle, en París, es el típico edificio donde los convencionalismos sociales se siguen a la perfección. Todo el mundo cumple su papel y a nadie se le pasa por la cabeza que alguien pueda ser algo más de lo que muestra de cara a la galería. Pero se equivocan. La señora Michel es la portera del inmueble, burda e inculta en presencia de los vecinos. Pero una vez dentro de su portería, de su pequeño escondite privado donde puede ser ella misma, la señora Michel deja de lado todos esos tópicos: es una mujer culta, enamorada de la gramática y de los clásicos de la literatura, y que siempre trata de aumentar su cultura, que es la que la da fuerzas para seguir adelante con su vida. El otro elemento discordante de esa comunidad de vecinos perfecta es la pequeña Paloma, una niña superdotada demasiado harta de la hipocresía y absurdeces de los adultos. Por eso, si no encuentra algo por lo que realmente merezca la pena vivir, va a suicidarse. Las vidas de estas dos “intrusas” confluyen con la llegada al inmueble de un japonés, Kakuro Ozu, que comparte con ellas el amor por la belleza y el intelecto. Los tres se ayudarán mutuamente y conseguirán ver el mundo de una manera mucho más esperanzadora.

La elegancia del erizo responde a una descripción de la señora Michel: con púas, intocable y grotesca por fuera, pero blanda y profunda de una forma inimaginable en el interior. Es un libro que a veces puede ser algo pesado de leer debido a la multitud de conceptos filosóficos que se desarrollan, pero sin los cuales el sabor de boca que deja la historia una vez concluida no sería el mismo. El lector reflexiona con la señora Michel y con Paloma sobre su propia vida, y puede sacar grandes conclusiones de esta bonita historia si está dispuesto a abrir su mente y a enfrentarse a sí mismo.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

¿Qué pasa con Granero?

El Pirata es uno de los grandes olvidados de Pellegrini


Señor Pellegrini, ¿qué pasa con Granero? ¿Por qué ha pasado de ser el jugador número 12 de la plantilla a ser tratado como el último mono? ¿Por qué le convoca, le manda calentar y luego le ignora deliberadamente, sacando a Rafael Van der Vaart en su lugar? ¿Acaso su situación es similar a la de Guti? ¿Le ha faltado al respeto y por eso le castiga? ¿O es por lo que se cuenta en los medios de comunicación (que después fue negado por club y jugador) de que Granero abandonó el Santiago Bernabéu antes de tiempo durante el partido contra el Tenerife, mostrándose así irrespetuoso con sus compañeros y el cuerpo técnico? ¿O le está castigando por la debacle del partido de ida de Copa del Rey con el Alcorcón? (como a Raúl y a Guti, todo sea dicho). ¿Es por eso? Porque si no, señor Pellegrini, no lo entiendo.

No entiendo cómo en un partido como el del Alcorcón, un partido que requiere poner toda la carne en el asador para remontar un resultado más que adverso (4-0), decide usted alinear de salida dos mediocentros de corte defensivo y a Lass Diarra de lateral derecho. No entiendo cómo viendo que el equipo no era capaz de jugar con cabeza, las cosas no salían y el reloj seguía corriendo, viendo como el Alcorcón le quitaba los galones de gigante al Real Madrid, usted decide seguir prescindiendo de los creadores de juego (Xabi Alonso en la grada, Guti apartado y Granero calentando inútilmente en la banda) y saca a Van der Vaart (con el que, prácticamente, el Real Madrid ha tenido que quedarse a la fuerza esta temporada).

Castigo por la catástrofe de Alcorcón
¿Granero ha bajado tanto su rendimiento? ¿El Pirata ya no sabe jugar al fútbol? De todas las posibles respuestas, la única que me cuadra es la del castigo por la primera de las humillaciones de esta Copa del Rey. En Santo Domingo, campo del Alcorcón, el canterano salió de titular, pero a partir de ese encuentro no ha disputado ni un solo minuto. Y eso que la trayectoria del Real Madrid en estos cuatro últimos partidos se aleja bastante de la brillantez: contra el Getafe los blancos obtuvieron los 3 puntos gracias a la inspiración del Pipita Higuaín, en San Siro contra el Milán se conformaron con un empate (el Madrid hizo una buena primera parte, pero en la segunda los de arriba se olvidaron de correr y presionar), contra el Atlético de Madrid en el Calderón los colchoneros asediaron a los blancos que, aún ganando por 3 goles a 0, fueron incapaces de controlar el partido y dieron alas a los locales. Y finalmente, la susodicha vuelta de la Copa del Rey.

Me parecería ridículo hacer a Esteban Granero responsable del fracaso conjunto del Real Madrid en Alcorcón. Si fuera por eso, habría que castigar a todos y cada uno de los jugadores, porque ninguno dio razones para hacer pensar al aficionado que esta temporada se podría hacer algo importante.



Pellegrini tira piedras a su propio tejado
Además, ¿por qué echar piedras al tejado propio? Prescindir deliberadamente del Pirata es eliminar una baza, un as bajo la manga para conseguir los objetivos del club. ¿Entonces? Quizá sea por el bajo nivel de Granero en los últimos partidos que ha disputado como titular. De acuerdo, eso sería motivo para dejarle fuera del 11, ¿pero también para minar su moral borrándole del mapa? ¿Este es el apoyo a la cantera? ¿Acaso el Madrid esperaba que a los dos meses Granero se convirtiera en el nuevo Iniesta y como no ha sido así (de momento) adiós muy buenas? De risa. Los jugadores necesitan hacerse y no con cederles a otros equipos es suficiente. Y más en el Real Madrid. Los jugadores crecen como futbolistas fuera del Bernabéu, pero después necesitan seguir madurando en casa para ser capaces de triunfar en Concha Espina. Estos futbolistas necesitan continuidad y apoyo de cuerpo técnico y directiva, y no ser sacrificados a las primeras de cambio. Es el caso de Granero. Tiene mucho fútbol en sus botas y aún más que dar en el Real Madrid. Pero no esperemos que ya mismo juegue como Messi ni se comporte o lleve el peso del equipo como Raúl, eso sería absurdo. Mejorará y demostrará por qué ha vuelto a la que siempre fue su casa. Si le dejan, claro.

viernes, 6 de noviembre de 2009

La cabina


Título: La cabina
Director: Antonio Mercero
Actor principal: José Luis López Vázquez
Género: Drama
Estreno: 1972
Duración: 35 minutos


La cabina es uno de los grandes clásicos de la televisión pública española. Este corto con denominación de programa (ya que fue creado en exclusiva para la televisión) es un drama con un argumento a priori sencillo, pero con multitud de interpretaciones.

La película muestra cómo un hombre se queda encerrado dentro de una cabina telefónica y le es imposible salir de ella a pesar de los esfuerzos de los transeúntes. Una acción tan cotidiana como llamar por teléfono se convierte en toda una pesadilla para el protagonista, el recientemente fallecido José Luis López Vázquez. Es incapaz de abrir la puerta, y su desesperación aumenta cuando nadie puede ayudarle. Se acaba formando un circo mediático alrededor de la propia cabina, con multitud de curiosos esperando ver en qué desemboca el asunto. Pero la puerta no se abre. Ni la fuerza, ni la maña, ni el poder de la autoridad son capaces de hacer que esta particular jaula ceda. José Luis López Vázquez consigue que la angustia que siente al estar preso sin haber cometido delito alguno, el agobio propio del que quiere huir y no puede, se transmita al telespectador que, nervioso, no puede evitar plantearse los pasos a seguir en el caso de sufrir un percance como éste. Pero el hilo racional del argumento desaparece con la llegada de los operarios que montaron la cabina: con una agilidad pasmosa y ante la atenta mirada y perpleja expresión tanto de los testigos de la “función” como del propio espectador, se llevan el objeto sin mediar palabra, lo cargan en su vehículo y se alejan de la “escena del crimen”.
Macabro desenlace
A partir de aquí las metáforas inundan la película. En el camino que sigue la furgoneta hacia el destino desconocido, José Luis López Vázquez observa el mundo con los ojos del que se marcha para no volver. Los payasos de un circo le hacen sentirse protagonista de una macabra función, los niños que juegan en el patio de un colegio le hacen recordar a su hijo, el cruzarse con otro “reo de cabina” le hace tomar conciencia de la realidad de la situación. Finalmente, la cabina es llevada a una fábrica, aunque más bien debería llamarse cementerio: el cementerio de todos aquellos que corrieron un destino similar y decidieron buscar en sus carteras algo de calderilla suelta para hacer una llamada. Llamada que no se produjo ni se produciría nunca.
Interpretaciones
Las interpretaciones de la película son múltiples y van desde ser considerada una metáfora sobre la vida política de la época (durante los años finales del franquismo) o a ser simple y llanamente un filme con aspiraciones de película de terror. Lo que está claro es que, individuo que la ve, individuo que no puede evitar pensar sobre ella, sobre su significado, sobre sí mismo en el papel de José Luis López Vázquez. Esta es una de las razones que la han convertido en un clásico (y que la ha dado el premio Emmy): No es sólo una forma de pasar el rato, es un despertador de la conciencia y activador de los pensamientos del individuo a partir de lo más simple del mundo: una cabina de teléfono.

El Madrid diluye al todopoderoso Panathinaikos


El Real Madrid se impone 80-70 al Panathinaikos en el Palacio de Vistalegre en un partido soberbio con el que los blancos se presentan como firmes candidatos al título.

Era una de esas grandes noches europeas que tanto le gustan al Real Madrid. El Palacio de Vistalegre lucía un lleno hasta la bandera y la zona de prensa rebosaba de periodistas venidos de toda Europa. No era para menos: el renovado equipo blanco, con el maestro Ettore Messina al frente, se enfrentaba nada más y nada menos que al Panathinaikos, actual campeón de la Euroliga.


El Real Madrid saltó al parqué flojo, amedrentado ante el renombre de su rival. El Panathinaikos no tuvo que sudar mucho para dejar en evidencia a los locales y conseguir una ventaja de 10 puntos al término del primer cuarto. Los fantasmas planeaban sobre Vistalegre. Pero quien se sienta en el banquillo blanco no es un cualquiera . Y lo de sentarse es un decir, porque Ettore Messina no para de dar instrucciones a sus jugadores y de saltar de un lado a otro, límites de la cancha incluidos, para conseguir que las cosas salgan como se ha propuesto. El técnico arengó a los suyos de tal manera que el letargo al que hasta ese momento se había sometido el Real Madrid fue sustituido por la rabia, la confianza y la clase. Por fin el Madrid de las grandes ocasiones hizo su aparición.

Remontada blanca
En el segundo cuarto los blancos le endosaron al todavía campeón un parcial de 17 a 0 que les puso por delante en el marcador. Un excepcional trabajo en defensa y las labores de Darjus Lavrinovic (quien lucha con uñas y dientes para ser considerado el mejor pívot de la competición) y el siempre incombustible Sergio LLull (12 puntos) consiguieron que los merengues se fueran al descanso con 6 puntos por encima en el marcador (34-28).

A la reanudación, los griegos se encomendaron al acierto de Thomas desde más allá de la línea de 6,25 (4/4 en triples) y a Nikola Pekovic (máximo anotador del choque con 22 puntos) para darle la vuelta al luminoso. Panathinaikos se acercó peligrosamente a los locales, que no bajaron el ritmo. Prigioni salvó las distancias con tres triples en los momentos clave, Lavrinovic siguió a lo suyo (15 puntos) y ni Kaukenas (17 puntos) ni Louis Bullock (9 puntos) quisieron perderse la fiesta.

Líderes del grupo
El Real Madrid acabó el partido con 10 puntos de ventaja sobre su rival (80-70) y se coloca líder del grupo D. Los de Messina muestran así su carta de presentación a Europa, en el mejor partido de la temporada y batiendo a los mejores del continente. Hoy Messina puede dormir tranquilo, los deberes están hechos.