domingo, 28 de febrero de 2010

El factor sorpresa se llama Higuaín

Como ya es mundialmente sabido y repetido, el Real Madrid se desembolsó más de 200 millones de euros en fichajes en verano para recuperar su corona como número 1 de España y, sobre todo, de Europa. Para ello se hizo con los servicios del mejor jugador del mundo: Cristiano Ronaldo. También con ese sueño madridista tantas veces mencionado y tantas veces incumplido: Ricardo Kaká. A ellos se unió Karim Benzema, grandísimo delantero con proyección de Balón de Oro. Estos tres galácticos de la segunda etapa de Florentino Pérez desembarcaron en Madrid con un cartel colgado al cuello que ponía “titulares indiscutibles”. Además, les acompañaron Granero, Xabi Alonso, Raúl Albiol, Arbeloa y Garay, con muchas papeletas para figurar en el once titular de Manuel Pellegrini.

Fuera de las quinielas
Corría el mes de agosto cuando bullían las quinielas de alineaciones tanto por parte de aficionados como por los medios de comunicación. Se incluía a los recién llegados, a los indiscutibles Casillas, Ramos, Pepe o Lass y se discutía, como todos los años (y como, más o menos, todos los días desde hace más de un lustro) sobre la titularidad o no de Raúl. Pero poco se hablaba de un chico que, desde que pisó el Bernabéu por primera vez, no ha dejado de dar alegrías a los seguidores merengues: Gonzalo Higuaín.

Los méritos de Higuaín
Todos los años el argentino es cuestionado, se pone en duda su acierto de cara al gol y se le relega a un segundo plano en cuanto se oyen rumores de un posible fichaje que ocupa su misma demarcación. He aquí la injusticia en el fútbol. El Pipita llegó a Concha Espina en enero de 2007, año que dio la 30ª Liga al Madrid con un gol in extremis contra el Espanyol (4-3). En 2008 se volvió a repetir la historia, y el delantero fue el gran artífice de la 31ª con otro tanto en Pamplona. Su progresión futbolística se vio reflejada en la gran campaña que efectuó en la temporada 2008-2009, cuando acabó pichichi de su equipo con 24 tantos, los mismos que Raúl. Pero, sorprendentemente, éstos parecen no ser méritos suficientes para tomar en serio a Higuaín y considerarle el delantero que el Real Madrid verdaderamente se merece y necesita.

En esta temporada, Higuaín sigue creciendo. De momento, es el máximo goleador en Liga del Real Madrid (a un gol del pichichi, David Villa), con 16 dianas, a pesar de sus lesiones y de comenzar la II Era Florentino como un fijo del banquillo. Pero poco a poco, partido a partido, ha ido demostrando que se merece formar parte del 11 de los elegidos por lucha, ocasiones y, sobre todo, efectividad.

El más efectivo
Uno de los principales problemas que se han achacado a Higuaín durante su trayectoria como madridista es su falta de puntería: mandaba al cuarto anfiteatro las ocasiones clarísimas y lanzaba al fondo de la red las que parecían más complicadas. Quizá habría que tener en cuenta que, para fallar tanto como se decía, su promedio de goles por temporada no estaba nada mal: 8 en Liga en la temporada 2007-2008 y 22 en la 2008-2009. ¿Y eso por qué? Porque la media de ocasiones de gol por partido de las que disfrutaba el ex de River eran (y siguen siendo) muy elevadas. Personalmente, creo que la principal virtud de Higuaín es su habilidad para el desmarque, lo que le proporciona numerosas ocasiones de remate, más que a cualquiera de sus compañeros. Pero el 20 blanco también ha superado esa barrera: si hoy, en contra de todos los pronósticos iniciales, hay un delantero fiable en el Real Madrid, ése es Gonzalo Higuaín.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Madrid, posible destino de Rudy Fernández

El escolta español se plantea buscar fuera de la NBA los minutos que no tiene en Portland

Rudy Fernández, jugador de los Portland Trail Blazers e internacional con España, abre las puertas a un posible regreso a Europa, donde la principal opción parece ser el Real Madrid de Florentino Pérez. El escolta está desencantado con su actual situación en la NBA ya que cuenta con menos minutos y apoyo que el que se podía esperar a principio de temporada.

La actual temporada del balear en la NBA no está respondiendo a las expectativas. Además de las lesiones que persiguen a Rudy durante lo que va de curso, Nate McMillan, entrenador de los Blazers, ha cambiado su filosofía respecto al año pasado y ya no concede tanto peso al ex del Joventut. En palabras de Rudy, “McMillan es un entrenador que tiene las cosas muy claras, que va a muerte con su filosofía y muchas veces yo no entro en ella. Yo intento amoldarme a lo que él dice y jugar como él quiere, pero no noto esa confianza que en el primer año tenía”.

Otro factor en contra es la marcha de Sergio Rodríguez a los Knicks: “El año pasado teníamos otro equipo y por lo menos estaba Sergio, alguien que entendía mi juego. Este año he notado un cambio. Recibo menos balones y el sistema no es el mismo. Supongo que me tengo que adaptar a ello y ya está, a que cada vez que esté en pista trate de dar el máximo”. Aunque el escolta, asumiendo sus malas actuaciones en ciertos encuentros, también hace un ejercicio de autocrítica y asume que debe seguir aprendiendo y ser más regular.

¿Nuevo galáctico de Florentino?
Todos estos factores hacen que Rudy, por primera vez desde que cruzó el charco, se atreva a declarar que su etapa en la NBA puede haber llegado a su fin: “Ahora mismo, y en esta situación, no descarto nada. Lo único que quiero es jugar y me puede dar igual dónde sea”. Y según la prensa española, ése “dónde sea” tiene nombres y apellidos: el Real Madrid. El club blanco parece ser el más interesado en hacerse con los servicios del medallista olímpico, aunque de momento no hay ninguna declaración oficial de que el galáctico de Florentino Pérez para la sección de baloncesto sea Rudy Fernández.

Los clubes europeos, dispuestos a doblarle el sueldo
El mallorquín cobra al año, según la página web Navegandoxlared, un salario de 1.047.840 dólares (773.265 euros), cifra que algunos grandes clubes del viejo continente estarían dispuestos a doblar (o incluso triplicar) para conseguir que Fernández engrosara sus filas. Hay que recordar que, antes de que se marchara a la NBA, grandes clubes europeos como el ya mencionado Real Madrid, el vigente campeón de la Copa del Rey (el FC Barcelona), el Olympiakos griego o el CSKA de Moscú ya se mostraron interesados en el español.

Crisis en Vistalegre
Si finalmente los rumores se hicieran realidad, el ex de la Penya sería la nueva estrella del Real Madrid de Ettore Messina. El equipo, que cuajó un gran comienzo de temporada, se ha ido desinflando a medida que pasan las jornadas y los grandes nombres como Novica Velickovic, Darjus Lavrinovic, Marko Jaric, Felipe Reyes o Sergio Llull son incapaces de enderezar la situación, que alcanzó su punto más bajo el pasado domingo en la final de la Copa del Rey, cuando se vieron ampliamente sobrepasados por el, hoy por hoy, imparable Barça de Juan Carlos Navarro y Ricky Rubio. Tendrán una oportunidad para resarcirse de sus errores pasados el próximo jueves frente al Montepaschi Siena en la recta final del Top 16 de la Euroliga, la gran ilusión merengue de la temporada.


jueves, 4 de febrero de 2010

El Rayo tropieza en Córdoba y se aleja de Primera


El Rayo Vallecano se aleja un poco más del tren del ascenso al empatar con el Córdoba en el partido aplazado de la decimonovena jornada. Los madrileños apenas gozaron de ocasiones de gol y su portero, Cobeño, se erigió como la estrella del encuentro al salvar dos balones sobre la línea de gol.

El Rayo Vallecano saltó al césped del estadio Nuevo Arcángel de Córdoba con la intención de dominar el partido, apariencia que se esfumó con el transcurrir de los primeros minutos. Los andaluces comenzaron a achuchar a los de Pepe Mel, aunque sin demasiado trabajo para el portero Cobeño. La ocasión más peligrosa de la primera parte corrió de la cuenta del Córdoba y requirió de una gran intervención del portero vallecano en el minuto 25 de partido: una jugada ensayada a raíz de una falta sacada por José Vega dio lugar a un barullo en el área de los franjirrojos, quienes dieron al rival la oportunidad de rematar fácilmente a portería tras un fallo de Cobeño cuando se disponía a despejar de puños. En la misma jugada, el portero se resarció de su error inicial despejando a córner un balón que prácticamente había atravesado la línea de gol en una gran demostración de recuperación de la posición y reflejos.

La zaga local diluyó al Rayo
Para entonces el Rayo era una sombra sobre el campo. Los madrileños lo intentaban por las bandas, aunque no conseguían finalizar ninguna jugada bien por el gran trabajo de la defensa blanquiverde o bien por errores propios en la combinación de la pelota. Los de la capital continuaban con la rutina de la temporada en cuanto a los fallos en defensa, pero sin solucionar la papeleta en ataque y sin rematar ni una vez entre los tres palos durante todo el primer tiempo. Su primer acercamiento con peligro llegó en el minuto 44, cuando el capitán Míchel, rodeado de 4 defensores, fue incapaz de controlar el balón en el área pequeña.
El despertar de los vallecanos
En la segunda parte el Rayo se hizo un lavado de cara y salió al terreno de juego empeñado en llevarse los 3 puntos: combinaciones efectivas, tiros lejanos a cargo de Piti y, sobre todo, balones colgados al área desde la banda de Quero pusieron al Córdoba al borde del abismo. Los blanquiverdes pronto se recuperaron de este arreón rayista y, aunque los visitantes jugaban mejor, fueron los locales quienes pusieron su firma a las ocasiones más peligrosas. En el minuto 82, Cobeño vuelve a salvar a los suyos al despejar de nuevo sobre la línea un remate de cabeza de Asen. A pesar del todo, el rayo tuvo la última en las botas de Pachón, quien la desperdició en un tiro flojo que cayó sin problemas en las manos de Raúl Navas.

Continúa la mala racha
Este resultado no hace más que confirmar la mala racha de resultados que ambos equipos atesoran en este 2010. El Córdoba, con 2 puntos de los últimos 12 disputados, se mantiene en zona de nadie en la tabla. Por su parte, el Rayo, que no conoce la victoria en lo que va de año, ve como sus aspiraciones de ascenso se difuminan a medida que pasan las jornadas y no son capaces de doblegar a sus rivales en partidos que, teóricamente, les eran favorables.