Como ya es mundialmente sabido y repetido, el Real Madrid se desembolsó más de 200 millones de euros en fichajes en verano para recuperar su corona como número 1 de España y, sobre todo, de Europa. Para ello se hizo con los servicios del mejor jugador del mundo: Cristiano Ronaldo. También con ese sueño madridista tantas veces mencionado y tantas veces incumplido: Ricardo Kaká. A ellos se unió Karim Benzema, grandísimo delantero con proyección de Balón de Oro. Estos tres galácticos de la segunda etapa de Florentino Pérez desembarcaron en Madrid con un cartel colgado al cuello que ponía “titulares indiscutibles”. Además, les acompañaron Granero, Xabi Alonso, Raúl Albiol, Arbeloa y Garay, con muchas papeletas para figurar en el once titular de Manuel Pellegrini.
Fuera de las quinielas
Corría el mes de agosto cuando bullían las quinielas de alineaciones tanto por parte de aficionados como por los medios de comunicación. Se incluía a los recién llegados, a los indiscutibles Casillas, Ramos, Pepe o Lass y se discutía, como todos los años (y como, más o menos, todos los días desde hace más de un lustro) sobre la titularidad o no de Raúl. Pero poco se hablaba de un chico que, desde que pisó el Bernabéu por primera vez, no ha dejado de dar alegrías a los seguidores merengues: Gonzalo Higuaín.
Los méritos de Higuaín
Todos los años el argentino es cuestionado, se pone en duda su acierto de cara al gol y se le relega a un segundo plano en cuanto se oyen rumores de un posible fichaje que ocupa su misma demarcación. He aquí la injusticia en el fútbol. El Pipita llegó a Concha Espina en enero de 2007, año que dio la 30ª Liga al Madrid con un gol in extremis contra el Espanyol (4-3). En 2008 se volvió a repetir la historia, y el delantero fue el gran artífice de la 31ª con otro tanto en Pamplona. Su progresión futbolística se vio reflejada en la gran campaña que efectuó en la temporada 2008-2009, cuando acabó pichichi de su equipo con 24 tantos, los mismos que Raúl. Pero, sorprendentemente, éstos parecen no ser méritos suficientes para tomar en serio a Higuaín y considerarle el delantero que el Real Madrid verdaderamente se merece y necesita.
En esta temporada, Higuaín sigue creciendo. De momento, es el máximo goleador en Liga del Real Madrid (a un gol del pichichi, David Villa), con 16 dianas, a pesar de sus lesiones y de comenzar la II Era Florentino como un fijo del banquillo. Pero poco a poco, partido a partido, ha ido demostrando que se merece formar parte del 11 de los elegidos por lucha, ocasiones y, sobre todo, efectividad.
El más efectivo
Uno de los principales problemas que se han achacado a Higuaín durante su trayectoria como madridista es su falta de puntería: mandaba al cuarto anfiteatro las ocasiones clarísimas y lanzaba al fondo de la red las que parecían más complicadas. Quizá habría que tener en cuenta que, para fallar tanto como se decía, su promedio de goles por temporada no estaba nada mal: 8 en Liga en la temporada 2007-2008 y 22 en la 2008-2009. ¿Y eso por qué? Porque la media de ocasiones de gol por partido de las que disfrutaba el ex de River eran (y siguen siendo) muy elevadas. Personalmente, creo que la principal virtud de Higuaín es su habilidad para el desmarque, lo que le proporciona numerosas ocasiones de remate, más que a cualquiera de sus compañeros. Pero el 20 blanco también ha superado esa barrera: si hoy, en contra de todos los pronósticos iniciales, hay un delantero fiable en el Real Madrid, ése es Gonzalo Higuaín.
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