miércoles, 12 de diciembre de 2007

Con paso firme por el camino de la Décima


El Real Madrid se impuso anoche en el Santiago Bernabéu a la Lazio por 3 goles a 1 sin siquiera despeinarse.Los blancos empezaron fuerte y manejaron a los italianos a su antojo, sin que en ningún momento sus seguidores temieran por la clasificación.


El objetivo de esta temporada es la Décima. Ni Liga, ni Copa, ni salud, ni dinero. Lo que el aficionado madridista va a pedir al nuevo año es la corona europea, la Liga de Campeones. Y ayer los de Schuster dieron el primer paso del camino que conducirá a ese sueño.


En el minuto 12 los blancos se adelantaban con un fabuloso gol del resucitado Baptista. La Bestia empaló desde fuera del área un balón cedido por Robinho y siguió reivindicando un puesto en el once titular.


El Madrid se gustaba. Atacaban con facilidad y el segundo tanto no se hizo esperar. Sneijder botó un córner desde la izquierda que encontró, como no, la cabeza de Raúl. El capitán está que se sale. Ya en los primeros minutos se encontró con la madera de la portería de Ballotta, y ya en la segunda parte le anularon un gol que había transformado con una preciosa vaselina por fuera de juego.


La primera parte fue un recital de los merengues, un show que culminó con el tercero de la noche, obra de Robinho tras un regate de Van Nistelrooy dentro del área.


La segunda parte puede resumirse con una palabra: rondo. El nivel del partido bajó alarmantemente a pesar de que saltaron al campo Guti (nulo) y Robben. El Madrid se veía en octavos y no quiso forzar. Tanto se confió que le cayó el primero tras un fallo garrafal de Pepe, que pareció olvidarse de que tenía que seguir a un contrario. Rocchi se inventó la jugada por la banda derecha y Pandev remató en el segundo palo a bocajarro.


Aun así no cundió el pánico. El partido estaba ganado. Aunque todavía quedaba una sorpresa. Ya en el tiempo añadido, el árbitro pitó un penalti a favor de la Lazio por mano (involuntaria) de Pepe dentro del área. Rocchi fue el encargado de ejecutar la pena máxima. El único inconveniente era que tenía delante al mejor portero del mundo, que paró el tiro y el rechace.


El Madrid se clasifica como primero de grupo y da un pasito más hacia la Décima.

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